viernes, 25 de noviembre de 2016

“Pablo Dacal y el misterio del Lago Rosario” por Darío F. Saavedra

Ficha Técnica:
Año: 2008.
Tipo: Documental.
Director: Ignacio Masllorens.
Intérpretes: Pablo Dacal, Ignacio Masllorens, Pablo Masllorens, Soledad Rodríguez, Cynthia Castoriano.
Duración: 60 min.
Productora: Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA)/ BIN Cine y Video/ Secretaría de Cultura de la Nación.


Hacia el mes de septiembre de 2007, el suplemento cultural Radar, del periódico Pagina 12, abre una nota sobre cine argentino, con las siguientes palabras: “Argentina tiene casi 15 mil kilómetros de fronteras. Con el objetivo de retratar la vida en esas zonas delimitadas por la política, la economía y la fuerza, cargadas de tensión, conflicto, contradicciones, el Canal Encuentro y la Secretaría de Cultura de la Nación convocaron a 15 directores de cine[1] y entre ellos, se encontraba Ignacio Masllorens, director del documental que sobre el cual me explayaré. A partir de dicha convocatoria, que tuvo  como finalidad realizar un relato fílmico de las fronteras limítrofes externas de la argentina, desde organismos que dependen de la Nación Argentina, se realizaron esos diferentes documentales, que relatan a partir de las inquietudes de los diferentes directores del séptimo arte, las distintas representaciones que indagan en las construcciones de esos límites configurados.
El director Ignacio Masllorens, a partir de su biografía personal, toma su estancia en el sur argentino, como punto articulador espacial de su relato visual, el cual se articula en la leyenda de la Piedra Steffen, monolito hipotético e inmerso en el relato de las leyendas, que porta en su misma existencia, reclamos territoriales al momento silenciados y sepultados tras los acuerdos internacionales que le dieron fin, con el laudo arbitral de 1902, en manos del monarca británico.
Para poder tener una aproximación de la temática del documental, se hace necesario antes que nada, realizar una contextualización temporal y espacial de los antecedentes sobre el cual trata esta filmación, complejización  que ayuda a desentrañar un relato visual, de simple aventura entre conocidos, lindante prácticamente a la recreación juvenil de grupo de boys scouts, donde los cuales  comparten la obsesión topográfica por comprobar una leyenda popular, mezcla de sueños y anhelos, que se entrecruzan con  las biografías de los protagonistas, en una travesía salpicada de obstáculos y desencantos, y la geopolítica internacional  y la cientificidad instrumental que plasmó sobre el mapa, los límites fronterizos entre Argentina y Chile, así como las diferentes concepciones que se utilizaron para establecer los mojones limítrofes.
Es un documental que invita a indagar sobre la constitución y formación de un campo del saber, la cartografía, donde la técnica y la instrumentación científica y precisa, se desarrolla aupado en las necesidades de las nuevas formas estatales de cuño decimonónico, que legitimaron las características de los mismos, así como sus confines, que atraviesan su devenir histórico, hasta el presente, dejando sus huellas, en tanto rastros permanentes que se resisten a ser eliminadas, en las concepciones que se realizan sobre la misma. “Los Griegos cuentan que Teseo recibió, como regalo de Ariadna, un hilo. Con ese hilo se orientó en el laberinto, encontró al Minotauro y le dio muerte. De las huellas que Teseo dejó al vagar por el laberinto, el mito no habla[2], y en ese misterio, es menester encontrar esas pisadas, esos rumbos que se entrecruzaron que subyacen silenciados y acallados, que se hace necesario revisitar y poder auscultar los procesos constructivos del pasado, en tanto territorio desconocido, espacio solapado. 
El documental plantea un misterio, y tras él, se embarcan para dilucidarlo el grupo conformado entre otros, por el director, Masllorens y por el músico Pablo Dacal, el cual ya estaba previamente imbuido  en el saber topográfico. Y en tanto tal, el misterio es leyenda.  Parten a la búsqueda de la Piedra Steffen, un mojón fronterizo,  la materialidad de los ecos conflictivos del pasado entre ambos países cordilleranos. Es un viaje donde se interroga a posibles sabedores del paradero del mismo. Pero el desconocimiento jalona el relato. Pero es un desconocimiento mayor al simple no saber, es la materialización de una ignorancia que se pierde en el tiempo, inmanente y funcional a las articulaciones del poder legitimador, el Estado. Es la invisibilización desde el aparato estatal que niega la presencia ¿o acaso, las obras de Steffen se encuentran en nuestras bibliotecas públicas? Es la identidad de un foráneo, que flota en la atmósfera, que le otorga su nombre a una roca moldeada, un mojón, una señal que indica, y una pregunta que resuena, ¿Quién conoce a Hans Steffen? Indudablemente, los interrogados lo desconoces, pero el público a quien está dirigido el documental, ¿saben algo de él? A grandes rasgos, se puede inferir que es un gran desconocido, por lo menos, para el público argentino en general,  y sin embargo, la leyenda lleva su nombre….
En momentos en donde la conformación de los estados nacionales, hacia mediados del siglo XIX, se  buscaron las herramientas que fueron necesarias para legitimar su propia existencia, tanto en su dirección interior como hacia el exterior, las distintas disciplinas confluyeron en su auxilio, y entre ellas se encontraban, la geografía y la cartografía, las cuales, a partir de sus saberes, delimitaron sus espacios fronterizos, sus límites exteriores.
Argentina y Chile, logran armonizar sus pretensiones limítrofes sobre una porción de los Andes, donde confluyen las posiciones tanto chilenas como argentinas, las cuales se sostienen a través de dos nociones diferentes: en la división de aguas o “divortium aquarum”, defendida por Chile, y la noción de las más altas cumbres de la cordillera o “encadenamiento principal”, defendidas por Argentina[3].
Históricamente, los límites fronterizos con Chile se realizaron a partir de estas dos posiciones que marcan el derrotero de las tensiones entre ambos países,  posiciones que confluían armónicamente en casi toda la línea divisoria, pero que en los márgenes patagónicos, dejan de circular paralelas, y dislocan las lógicas utilizadas para amojonar  los lindes entre ambos territorios, percepciones diferentes y miradas antagónicas que subsumen el espacio a lógicas de apropiación diferenciadas.  La siguiente imagen corresponde a una fracción de la zona que se vio afectada en el laudo arbitral de 1902, y es el territorio que protagoniza  el relato documental, es el espacio estepario y montañoso donde se materializa la leyenda, con sus luces y sombras, es el lugar del monolito utópico, es el área de frontera de una posible hipótesis demarcatoria. A pocos kilómetros al norte del lago Rosario, en la inmensidad de la escala patagónica, se encuentra Trevelin, pueblo de inmigrantes galeses, que merced a su autodeterminación, decidieron pertenecer a la Argentina, una tercera opción que no estaba contemplada en la mirada desde la triangulación con el teodolito.[4]
En forma paralela a estos puntos geopolíticos, aparecen las comisiones de límites, con sus respectivos representantes, que comienzan a trabajar sobre el territorio para fijar su demarcación. Por el lado argentino, la misma estaba dirigida por el perito  Pascasio Moreno, el cual no necesita presentación, ya que el mismo está naturalizado en cualquier libro de historia y de geografía, y el cual se encuentra inmortalizado tanto en museos como en la geografía, porque ¿Quién no ha escuchado mínimamente hablar del Glaciar Perito Moreno, o del Museo de Ciencias Naturales de La Plata, el “más grande de Latinoamérica”? Por el lado de Chile, la misma estaba bajo la dirección de un prusiano, Hans Steffen, el cual dotó al país vecino de la batería necesaria para sus reclamaciones, e integra el panteón de los prohombres que aportaron a la grandeza de dicho país, el cual es continuamente invocado desde los centros científicos que tienen a la geografía y a la historia, como un hacedor de la patria, y defensor de su causa.[5]
En la siguiente transcripción, publicada en el portal de la Facultad de Filosofía y Humanidades, de la Universidad de Chile[6], se lee “El geógrafo alemán fue enviado por el gobierno chileno a explorar el extremo sur del continente, con la idea de defenderlo como territorio nacional ante Argentina. Hizo esto y más: fundó el estudio de la geografía en el país como la disciplina que conocemos hoy y creó la primera red sismológica nacional”, siendo dicha fuente publicada originalmente en el diario El Mercurio, el 6 de junio de 2014, con lo cual, no es alguien ignorado, por el contrario, desde la ciencia, legitima una fracción de la legitimidad territorial chilena sobre la Patagonia occidental.
Indudablemente, el documental es una gran invitación a la deconstrucción de los relatos en ambos márgenes. Es la insistencia a correr el velo sobre un geógrafo al servicio de Chile, pero también, y a la vez, surge el interrogante si debe ser el desafío que se deben imponer desde el otro lado de la cordillera en conocer al perito Moreno, en su labor topográfica, y dejar de ser sólo el nombre de un glaciar. ¿Es la invitación sonora de Also sprach Zarathustra, parodia del nacimiento del superhombre Nietzscheano, una metáfora del conocimiento  de los mapas, y la búsqueda de un super-mapa borgiano, inexistente e indescifrable? Indudablemente, invitan a reflexionar de los distintos alcances de las construcciones de los mapas, en sus diferentes aproximaciones y escalas, de sus intencionalidades, y de sus injerencias generales y particularidades.[7]
Tal como lo señala Pablo Lacoste[8], en su reflexión sobre la construcción de la cartografía en ambos países y sus implicancias en la larga duración: “Las relaciones diplomáticas entre Argentina y Chile se han desarrollado durante muchos años sobre ciertas desconfianzas mutuas porque en cada país se ha enseñado la historia presentando al vecino como expansionista y sustractor de territorio. Y ello ha pasado de los mapas al manual, de allí a la escuela y la prensa…”  a partir de lo  cual, implicó un “proceso por el cual se construyó en Argentina y en Chile una imagen distorsionada del país vecino, propuesta que luego se estandarizó a través de la escuela y la prensa” y concluye, “En Argentina se ha enseñado que Chile es un país expansionista y sustractor de territorio. Y en las escuelas chilenas se instruye con la misma tesis pero al revés. A fuerza de repetir esos enfoques, los mismos han sido asimilados por la mayoría de la población a ambos lados de la cordillera” y finaliza, afirmando que, “No obstante ello, las dos tesis son falsas”.
Este último párrafo, nos devuelve nuevamente al documental, y nos hace reflexionar sobre las implicancias de esas leyendas o mitos, que construidos a lo largo del tiempo, sedimentan una visión que se torna impermeable a nuevas requisitorias y legitiman prismas desde lo alto. Y nos recalcan que el mapa, es tal en tanto creamos que lo sea, y puede ser verdadero, falso, o ficticio.

Bibliografía:
José Miguel Pozo Ruiz, Hans Steffen: Maestro, Geógrafo y Pionero de la Patagonia Occidental, Revista Universum No 20 Vol. 1: 112-123, 2005, disponible en:              http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0718-23762005000100008&script=sci_arttext
Carlos Sanhueza, Un saber geográfico en acción. Hans Steffen y el litigio patagónico 1892-1902, Magallania vol.40 no.1 Punta Arenas  2012,  disponible en:
Pablo Lacoste. La guerra de los mapas entre Argentina y Chile. Una mirada desde Chile. Historia (Santiago) 35: 211-249, 2002, disponible en: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=s0717-71942002003500009
Todas las páginas web fueron consultadas el 24 de mayo de 2016.




[2] CARLO GUINZBURG. El Hilo y las Huellas. Lo verdadero, lo falso y lo ficticio. FCE. 2011. PÁG. 9.
[3] CARLOS SANHUEZA, Un saber geográfico en acción. Hans Steffen y el litigio patagónico 1892-1902. MAGALLANIA (Chile), 2012. Vol. 40(1):21-44. Disponible en: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-22442012000100002#nt12
[4] https://www.google.com.ar/maps/@-43.2367988,-71.4429681,37101m/data=!3m1!1e3
[5] http://www.scielo.cl/fbpe/img/universum/v20n1/img3.jpg
[6] http://www.filosofia.uchile.cl/noticias/102909/hans-steffen-el-pionero-que-registro-la-patagonia-chilena
[7] Also sprach Zarathustra, op. 30  https://www.youtube.com/watch?v=3uv2DSfxiDI
[8] Pablo lacoste, LA GUERRA DE LOS MAPAS ENTRE ARGENTINA Y CHILE: UNA MIRADA DESDE CHILE, Historia (Santiago) v.35  Santiago  2002 Disponible en : http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=s0717-71942002003500009